"Esta colección fue muy escultural. Así la pensamos, como esculturas que se puedan usar para el día a día", comentan Martín Boerr y Agustín Yarde Buller, la dupla detrás de Boerr • Yarde Buller , una de las marcas que más está transgrediendo fuera del circuito de diseño emergente de Buenos Aires hacia el resto del país. Se refieren a LEDA, su propuesta otoño-invierno 2015 que toma el nombre de un mito griego y el título de una escultura del rumano Constantin Brâncuși.
"Algo que resaltamos sobre su obra es la crudeza de la pieza de mármol o madera, como si el material hablara por sí solo a través del gesto. También la síntesis de la idea, sin importar ya, cuál era la idea original", explican sobre la inspiración. De hecho, la campaña fue realizada en el atelier del difunto artista en París, en yuxtaposición con prendas que evocan "pinturas rupestres o piezas hechas en telar", comentan para Musa los diseñadores, seleccionados como referentes por el Observatorio de Tendencias del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) para ser parte de la feria Puro Diseño 2015, celebrada del 21 al 25 de mayo. Además, desde esta temporada, presentan sus diseños en París Fashion Week.
La historia de Boerr • Yarde Buller comienza con dos diseñadores atraídos por la cultura y la creatividad desde que recuerdan. “Siempre me sentí fascinado por el poder del diseño para comunicar con un lenguaje propio. En principio me incliné por la Arquitectura, pero me encontré con que en mi imaginario mis estructuras no tenían sus cimientos sobre la tierra, sino sobre el cuerpo”, dice Agustín, al mismo tiempo que confiesa que se decidió a cambiar de rumbo cuando su afán por construir y la moda se encontraron.
Mientras, a Martín lo definieron sus ganas de crear no sólo con la cabeza, sino también con sus manos. “Empecé Cine y después de un año sentí que tenía que probar otra forma de contar historias. Me encontré con la ropa, entendí que podía ser un idioma y que yo podía aportar algunas palabras, así empecé a estudiar diseño”, nos cuenta. Resume el magnetismo que el diseño en general ejerce en él de una manera simple: “tal vez porque diseñar fue de las primeras cosas que hizo el hombre en sus orígenes”.
Como si de una celebración de lo autóctono se tratase, Boerr • Yarde Buller pone énfasis en la riqueza textil: “Es una de las cosas en la que más nos enfocamos. Estamos interesados en materiales de extrema calidad y, al mismo tiempo, con un aspecto rústico o inacabado, algo crudo pero con espíritu. Habla por sí solo, pero nosotros le agregamos nuestra visión, estética e historia”, explican.
La delicadeza de las texturas, la experimentación en las formas, el proceso artesanal, todo es parte de la firma: una minuciosa identidad y ethos (palabra griega que remite a conducta, carácter, personalidad) que provee una nueva perspectiva, cambiando continuamente “los límites de nuestras coordenadas mediante el trabajo cercano con tribus nativas del sur de América, cooperativas no gubernamentales o artesanos locales de pequeñas y diversas comunidades” en pos de un futuro más igualitario.
Para los diseñadores ese trabajo colaborativo con trabajadores y materias primas de nuestro país, surge naturalmente desde los cimientos mismos de la firma, aunque el punto de visto haya virado con los años: “Al principio nuestro trabajo era sobre descifrar nuestro ideal de belleza, con el tiempo se fue transformando en algo más político. Para nosotros es muy importante mantener el sello made in Argentina”, enfatizan. Por esta razón entienden que su papel como diseñadores es buscar formas creativas de producción que sean amigables con el medio ambiente “y que ayuden en la proliferación de identidades e industrias nacionales y regionales, salvaguardando las costumbres de distintos pueblos y regiones del país”, como un modo de demostrar que un producto de lujo hecho en Argentina es posible.
Luego de finalizar sus estudios universitarios, Agustín y Martín realizaron un viaje para ampliar sus conocimientos culturales. Vivieron unos meses en Nueva York y pasaron por Europa, paraísos para cualquier diseñador de indumentaria del mundo. Esta experiencia fue definitoria: “Una de las últimas noches nos sentamos en una mesita en París con vino y cigarrillos, y pusimos en común nuestras ideas: podíamos quedarnos allá y buscar un trabajo o podíamos volver y hacer algo, impulsar la industria en nuestro país y manifestar nuestras ideas creativas y nuestra estética particular. Lo primero en llegar fue Tupã”, nos cuentan.
Pensado como un concept store e inédito hasta e en Buenos Aires, Tupã es un espacio que no sólo propone productos de lujo elaborados en Argentina y ubicados bajo una misma cosmovisión, sino también una nueva experiencia de compra que reflexiona sobre un estilo de vida a través de distintos talentos de la Argentina. Piezas de las firmas Schang-Viton, Maydi, Carolina Dutari, María Duffy se pueden encontrar allí. "La colección de Tupã se compone por una curada selección de objetos que indaga sobre la identidad de nuestro territorio de manera contemporánea y original, creando nexos entre el trabajo artesanal, moda, arte, experimentación y lifestyle", concluyen.
El dato
Seguí a los diseñadores en Facebook e Instagram. Si tenés planeado viajar a Buenos Aires, Tupã se vuelve una visita obligada, ubicada Lafinur 3132 en Palermo.