El cuerpo trata de comunicarse, de decirnos cosas. Cuando paramos un poco, todo lo que teníamos acumulado sin procesar intenta salir y a veces nos impide disfrutar. Por eso, desde hace un tiempo, se trabaja desde varias áreas para lograr un método complementario de bienestar y de salud consciente. El comienzo de año brinda una excelente oportunidad para conocerlo y ponerlo en práctica.
La biodescodificación aparece como un conjunto de técnicas complementarias a las medicinas naturales pero también a la tradicional. ¿Se pueden aliviar enfermedades del cuerpo liberando viejas emociones? Sí. ¿Podemos dejar de ver las enfermedades como problemas y leerlas como puertas a una solución? También. Con un gran número de seguidores, pero también de gente que la pone en duda, la biodescodificación propone un viaje a través de los síntomas para llevar luz a lo más profundo de nuestra historia personal, partiendo de la noción de código. Según este esquema, si tenemos pensamientos limitados o poco conscientes, las enfermedades tendrán mayores posibilidades de florecer.
Si bien toma nociones de la biología, la anatomía y el psicoanálisis, la biodescodificación, en sus distintas modalidades, integra herramientas de neurolingüística, de hipnosis y se conjuga a menudo con la psicomagia, el yoga y la meditación en la búsqueda de lograr un estado de transformación. Según esta disciplina, las emociones reprimidas provocan enfermedades que se manifiestan a través de daños en distintos órganos y, por ello, si buscamos en aquello que aún no hemos podido enfrentar, podríamos encontrar soluciones positivas para nuestra salud. Sin embargo, advierten sus practicantes: la biodescodificación no puede ser englobada dentro de una medicina, ni oficial ni alternativa, puesto que está al servicio de todas las especialidades. El cambio de paradigma, que evoca como necesario para estar mejor, no es un recurso nuevo en el universo de las terapias.
"Los malestares y dolores son respuestas conscientes en nuestro cuerpo a problemas inconscientes en nuestra cabeza. La biodescodificación nos ayudaría a analizar los síntomas del malestar, sin importar su gravedad, para conocer y modificar los programas biológicos y perspectivas que desplegamos en nuestra vida diaria", sugiere Enric Corbera.
Asociaciones entre enfermedades y emociones
A nivel general, la biodescodificación plantea vínculos entre conflictos psicológicos y los problemas de salud. Para Joan Marc Vilanova, algunos de ellos suelen ser:
- Resfríos: se asocian con penas, enfados y problemas afectivos.
- Estreñimiento: egoísmo, sentimiento de falta y carencia. Rabia por el pasado.
- Anemia: falta de alegría ante la vida, falta de autovaloración.
- Herpes: remordimiento y culpa.
- Vértigo: asociado a pensamientos negativos y confusos sobre el mundo.
- Problemas en la piel: sentimientos de miedo, amenaza y angustia se somatizan en la piel.
- Afecciones en la garganta: sentirse un estorbo, no poder hablar, emociones reprimidas.
- Problemas en el estómago: falta de aceptación, temor a lo nuevo.
- Hepatitis: ira reprimida. Sus problemas manifiestan resistencias al cambio.
- Cáncer: vinculado a tristezas largas, resentimientos, problemas con el pasado.
- Sida: el amor que no es vivido en el plano emocional se refleja en lo físico como una daño general, como un ataque a las defensas.
Alcanzar una nueva perspectiva nos permite mejorar nuestra calidad de vida, en cualquier campo que nos desempeñemos. Según esta propuesta, podemos centrarnos en escuchar el lenguaje biológico de nuestro cuerpo, que comunica a su manera lo que no pudo decir y comprender, entonces, qué emoción activa cada código biológico para ayudar a descodificarlo. ¿Cuál sería el rol de los facilitadores de biodescodificación en esta búsqueda? Acompañar a las personas en su proceso de autodescubrimiento y sanación, tratando de optimizar las otras herramientas tradicionales o alternativas que reciban como ayuda.