El teatro siempre fue la pasión de Yanina Pastor, que dejó hace varios años su Villa María natal para recibirse de licenciada en esa disciplina en la Universidad Nacional de Córdoba. Desde el arranque supo que su lugar no estaba sobre el escenario, sino detrás de él.
"Me atraía el trabajo visual y estético, que tiene un componente de creación en soledad. No estaba muy desarrollado en la carrera y por eso en paralelo cursé diseño de indumentaria en la escuela de Aldo Belén, que era uno de los poquitos espacios disponibles hace más de una década", cuenta Yanina.
Recién en 2014, y luego de probarse como propietaria de una sala independiente, dio el volantazo que la puso en el camino que soñaba: el diseño de vestuario. Ese año, la directora Eugenia Hadandoniou le propuso hacer el vestuario para la versión de Hamlet que preparaba, y ella se lanzó.
“Para "Ser o no ser Hamlet" armé un vestuario reversible, con elementos de época pero traídos a la actualidad, en un contexto de trinchera. La obra fue muy celebrada, y recibí un premio por mi trabajo”.
Su trabajo fue admirado y reconocido, y así pasó de trabajar para una obra en 2014 a hacerlo para nueve en 2015; y hasta consiguió el Premio Provincial de Teatro al mejor vestuario por su sorprendente labor en Un largo, accidentado, insólito y maravilloso viaje. Para esa puesta creó trajes cargados de fantasía con elementos como teclas de computadora, caracoles, sellos, formularios y muchos más (ver galería de fotos).
Su paso a paso
Cuando la convocan, Yanina comienza observando los ensayos, y mirando la silueta y los movimientos de los actores. A veces los dibuja, otras les saca fotos y dibuja sobre ellas. También suele llevar prendas usadas para medirles, chequear las luces, los colores y todos los elementos de la puesta en escena. Con esa información arma bocetos con una propuesta de vestuario que, aprobada por el director, va confeccionando y testea una y otra vez sobre los actores.
"El vestuario no es un disfraz. Debe convertirse en parte del cuerpo del actor"
En su taller de Villa María –donde reside con Juana, su hija de nueve años- alterna esta labor con el dictado de cursos de costura, alta costura y talleres para aficionados; y la confección de vestidos de fiesta.