"Me gustó que sea una empresa cordobesa, del interior, bastante grande. Yo en un momento trabajé para una empresa de ropa deportiva y siempre me pareció súper interesante la llegada que tienen a mucha gente", comenta Belén Amigo sobre su mentoría a los becarios de Generación Vitnik. La chaqueña tiene su propia marca de diseño de autor, con un local propio en Buenos Aires, y su experiencia en la fusión de estilos la trajo también a Córdoba a brindar una charla abierta a estudiantes y público en general.
Haber sido docente universitaria también implica un entusiasmo por la iniciativa, ya que “todo lo que implica guiar proyectos me gusta mucho”, dice la diseñadora. Interesada en el análisis de la silueta, las prendas de Belén son ricas en texturas y cortes. Sus diseños están bajo una persistente exploración de lo bello, lo cómodo y lo flexible. Charlamos con ella antes de su ponencia en el Vitnik Lab.
-En Generación Vitnik ya están entrando en la última etapa. ¿Qué van a trabajar con vos los becarios?
Belén: Llego en una instancia en la que están bastante avanzados, prácticamente pasando a taller, lo cual me resulta re interesante. Pero a la vez, yo tengo una visión muy constructiva aunque más rígida del diseño, por lo cual a esta altura no puedo aportarla. Sin embargo, voy a tratar de darles un aporte más ligado a la poesía de lo que quieren mostrar, del concepto, del relato detrás de cada grupo de conjuntos, la puesta en escena del desfile, el estilismo. La verdad que eso me parece re importante porque es el momento mágico, donde ocurre todo.
-Repasando tus colecciones se nota la influencia sporty pero no es deportivo, es otra cosa. ¿A qué se debe?
Hay una cuestión que, desde los primeros trabajos de la facultad hasta la tesis, siempre trabajé el análisis del cuerpo humano. Ya sea de una manera formal como cuerpo y anatomía, o visto en sociedad, o su relación con lo psíquico. Entonces encontré en la ropa deportiva el lugar más fiel al estudio del cuerpo, del movimiento, de la anatomía, por un lado. Por el otro, es la mayor influencia que tuve en mi infancia, porque vengo de una familia muy deportista y siempre estaban muy streetwear y sport.
-¿Y cómo lográs esa mixtura a la hora de diseñar?
¿Viste esas cuestiones de etiqueta para vestirse que hay? Nunca las tuve en mi vida. No me importa qué color va con otro, me importa que se vea armónico. Entonces, a mi me surge de una manera muy natural. Igual, siempre trato de hacerlo bastante racional de acuerdo a lo que necesita mi cliente. Siento que hoy todos estamos como mixeados en todos los aspectos de nuestra vida. Ya no somos una cosa, somos un montón de cositas. Entonces me doy cuenta que por ahí la persona quiere una falda que tenga una silueta pseudo clásica con una tela que le de elasticidad, y al mismo tiempo que la abrigue. Por eso es que voy combinando las necesidades: la de mis diseños y lo que quiero hacer, con la del cliente. El usuario también busca algo que respete su individualidad o que la prenda se adapte a diferentes ocasiones de uso. Por ahí me dicen “eso es muy de noche” y la verdad es que yo no lo veo eso así, lo veo para usar en cualquier momento.
-¿Suelen hacerte ese tipo de consultas en el local, sobre cómo y dónde usar tus diseños?
Por ahí sí. Lo que pasa es que es una tendencia general y cada vez lo ves más adaptado. Al mismo tiempo, también se lo imaginan. Tengo vestidos que han sido usados para ir a un casamiento y después lo usan para ir a la playa con ojotas. Son cuestiones que (a los usuarios) les surgen sólos, al usarlo una vez se dan cuenta que no importa tanto adónde lo use. Lo que pasa es que mezclo muchos géneros diferentes. Por ejemplo, un vestido de corte más clásico está hecho con tejido de punto, y esas cuestiones. Que lo hago también por una cuestión de comodidad.
-¿Qué es lo que más te gusta del diseño?
Me atrae ver cómo queda el indumento en el cuerpo. Es un poco también de lo que se trata la charla, porque es esta recodificación de la silueta humana y cómo uno logra redefinirse. Vos al estar vistiendo una prenda ocupás otro espacio corporal y otro espacio en el mundo directamente, porque esa prenda delimita una nueva silueta, una nueva piel para vos. Eso te va a llevar a experimentar un nuevo movimiento, nuevas proporciones.
-Tus prendas tienen una impronta muy personal. ¿Sos de mirar lo que pasa afuera, lo que proponen las marcas internacionales?
Soy muy de las redes sociales, por eso no puedo evitar ver todo lo que pasa. También me gusta la moda, pero la miro desde un lugar de referencia. Igualmente, este último tiempo siento que todo me inspira. Veo una amiga con un conjunto que me va a inspirar para hacer algo, por ejemplo. El diseñador tiene mucho de observador.
-¿Y conocés la moda cordobesa? Porque en estos últimos años ha habido un boom en el diseño local y las nuevas generaciones de creativos se animan a lanzar sus propias marcas.
La conocí ahora cuando vine la última vez por Generación Vitnik que me llevaron a ver varios diseñadores y marcas que estaban surgiendo. No conocí mucho, sólo algunas. Me asombró bastante algo, que luego lo hablaba con una persona de Córdoba que coincidía, y es como que hay muchos proyectos de marca. En Buenos Aires estamos más acostumbrados a ver al diseñador de autor con el nombre y apellido en su marca, con un proyecto muy arraigado a lo que él es. Entonces me sorprendió por lo súper diferente de lo que pasa allá.